Recetas

El plato es característico del norte de nuestro país, de Perú, Bolivia y Chile. Si bien hay pequeñas variantes, algunos colocan charqui de relleno, o queso de cabra, otros le agregan más o menos pimiento, la base es la misma: el choclo. En los relatos del virreynato esta comida ya se conocía como algo muy típico de este territorio. Vamos con recetas simples para que todos las preparen en casa:

 

Humita en olla

Una  receta norteña que nos encanta, ideal para compartir en fechas patrias. El procedimiento es sencillo. Lo primero es saltear la cebolla picada en una olla grande. Condimentar con pimentón y agregar el choclo y el zapallo rallados. Salar y dejar cocinar revolviendo de tanto en tanto ya que de lo contrario el almidón se pega en la base.

En caso que noten la preparación muy espesa, agregar un poco de caldo de zapallo o verduras, algunos prefieren leche, pero sólo al final, ya que cuando se ralla el zapallo y el choclo se genera el líquido suficiente para este plato tradicional.

Para el frito: mezclar la cebolla picada con el aceite, llevar al fuego y condimentar con ají molido y pimentón. Se sirve en cazuelas con queso al centro para que se derrita y con el frito encima.

 

En chala

La preparación es similar a la humita a la olla, pero se corta la cocción al menos 10 minutos antes de que esté lista y se deja enfriar.

Para el armado hay que tomar las chalas y colocarlas de a dos en forma de cruz, se coloca una porción de humita en el centro, y si se desea se le agregan dos cubitos de queso. Se forma un paquete rectangular y se ata con una tira de la misma chala o con piola.

Para terminar la cocción, sumergir las humitas en agua a punto de ebullición y cocinar por 10 a 15 minutos. Servir caliente.

 

Humita quemada con azúcar

 

En una olla grande rehogar las cebollas y el morrón cortados bien chiquititos.

 

Aparte rallar los choclos y el zapallo, cocinarlos en leche. Revolver constantemente para que no se pegue. La duración es de unos 25 minutos. Luego se mezclan las dos preparaciones sazonamos e incorporamos el azúcar blanco.

 

Se sirve en pequeñas cazuelas y se coloca azúcar negra por arriba, se lleva al horno para gratinar o si cuentan con soplete será apenas una pasada. Al final antes de llevar las cazuelas a la mesa unas hojas de albahaca perfumarán el plato.