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Quién no ha devorado una jugosa lasaña que al colocar el tenedor sobre la masa superior hace surgir el relleno, dando un adelanto de los sabores que explotarán en la boca. Típicamente italiana, realizada con finas láminas de pasta, que por lo general no llevan tanto huevo como los fideos y que por suerte se compran en el supermercado, e intercalándolas con  carne, queso, verduras y salsa de tomate, integra el menú de toda la bota tricolor.

 

 Vale decir que hay numerosas recetas las que llevan solo verdura o solo carne, las que se hacen con pasta integral o de harinas para celíacos, también las exclusivas para veganos. Lo cierto es que en cualquiera de sus variantes siempre es un deleite. Que se lo consulten a Garfield...

 

Y por seguridad, es un plato italiano, aunque, la intención británica de adueñarse de la preparación fue una ofensa que por poco acaba con los crispados nervios de los tanos, el mundo le da la razón a Italia. Resulta que hace unos años The Daily Telegraph publicó una noticia que afirmaba que la lasaña era un plato británico. Incluso citaban un libro de recetas de 1390 dedicado al monarca Ricardo ll, en el cual aparecía la primera mención documentada de la lasaña. Mama mía, qué descalabró armó tal publicación hasta intervino la embajada italiana en Londres quien acudió también con pruebas en la defensa del origen del plato, italiano. Así indicaban que la creadora fue Maria Borgogno y presentaban textos que lo demostraban y que estaban fechados en 1316.

 

Cierto es que la palabra lasaña proviene del griego y originariamente era un tipo de cazuela o plato muy utilizado en la cocina griega y que recibía el nombre de lasagnum. La civilización romana incorporó el lasagnum pero no como un utensilio de cocina sino como un plato elaborado con tiras de pasta. El poder del Imperio Romano se expandió por territorios muy diversos lo sabemos, y uno de ellos fue Britania, la actual Gran Bretaña. De ahí la polémica que muere a sabiendas que fueron los romanos los que la crearon.

 

Pero ya comencemos a preparar este plato que seguramente integra el menú de las familias argentinas que reproducen aquellas costumbres de los abuelos.

 

La lasaña de la nona

 

Para la salsa

1 cebolla

350 gr de carne picada

1 chorizo colorado

400 gr de salsa de tomate

1 vaso de vino blanco

1 cucharón de caldo

 

Para el relleno

2 atados de acelga

1 cebolla

500 gr de ricota

Sal y pimienta, a gusto

Nuez moscada, c/n

15 láminas de masa para lasaña

200 gr de queso rallado

 

Manos a la obra. Comenzamos con la salsa, para ello hay que rehogar la cebolla picada; agregar la carne y cuando cambie de color incorporar el chorizo colorado en ruedas finitas, el tomate y los líquidos. Cocinar tapado a fuego suave por media hora; salpimentar y reservar caliente.

 

En tanto para el relleno preferimos blanquear la acelga, en una olla de agua hirviendo con sal, unos 3 minutos. Escurrir, picar junto con la cebolla, mezclar con la ricota y condimentar a gusto, que no falte la nuez moscada...

 

Para el armado hay que elegir una fuente en la que las láminas de masa quepan cómodamente, preferiblemente sin bodes redondeados. Se coloca un poco de aceite de oliva en el fondo, Luego una capa de masa de lasaña, colocar el relleno, luego otra cubierta de pasta y bolognesa, espolvorear con queso, repetir todas las capas que entren. Llevar a horno fuerte hasta que el queso dore.

 

Tips:

-       Hay quienes prefieren la lasaña sólo de boloñesa, pues duplique las proporciones y listo.

-       Para los vegetarianos, eliminen la carne y el chorizo y armen la preparación con salsa pomarola y acelga con bechamel y huevo picado.